El arte que nos mueve: cine, teatro y compromiso

Reflexión sobre el cine y el teatro en México, el papel del arte como motor social, cultural y económico más allá del entretenimiento. Por Lisandro Meza.
El arte más allá del entretenimiento
La presente columna nace a partir del conversatorio del Hay Festival 2025 en Querétaro, en donde Diego Luna y Diego del Río, en diálogo con el periodista Javier Lafuente, invitaron a pensar el arte desde un lugar más profundo, humano y comprometido.
En un mundo dominado por cifras y productividad, el arte, la cultura y el entretenimiento recuerdan que también se puede vivir de aquello que emociona y transforma. No son solo distracciones: son caminos de desarrollo personal, profesional y económico.
Cine y teatro en México: identidad y motor social
En México, el cine y el teatro no solo generan empleos, proyectos y derrama económica; también funcionan como un motor de identidad y un refugio para las nuevas generaciones.
Ambas disciplinas se han convertido en una forma de alzar la voz, un canal legítimo para expresar lo que duele y lo que urge transformar. Cada función teatral y cada película abren un espacio de reflexión que conecta directamente con la realidad social.
La experiencia compartida: del escenario a la butaca
La interrelación entre la mirada artística y la empresarial representa la esencia viva del arte escénico. Cada función es irrepetible y conecta a actores, técnicos y público en un mismo instante, como un laboratorio de emociones compartidas.
Esa energía vital que surge en el teatro se proyecta hacia el cine mexicano, que ha encontrado en los escenarios nacionales una fuente inagotable de talento e historias. La unión entre cine y teatro ha configurado un ecosistema cultural en el que la expresión artística trasciende lo estético y se convierte en motor social, político y económico.
El arte como oportunidad empresarial
Desde la perspectiva de la industria del entretenimiento en México, el arte no puede limitarse a un espectáculo momentáneo. Es una oportunidad para generar conciencia, fortalecer vínculos y construir comunidad.
Para los empresarios culturales, invertir en proyectos de teatro o cine es también apostar por un espacio que educa, inspira y moviliza. La visión estratégica no se limita a lo rentable, sino que debe incorporar la dimensión ética y social.
Compromiso y ética en la creación artística
El conversatorio del Hay Festival 2025 dejó un mensaje claro: los empresarios y creadores del entretenimiento no pueden quedarse solo en lo estético o en lo rentable. Hablar de lo que nos conmueve y nos duele no es marketing, es una postura ética.
El verdadero impacto del arte está en servir al bien común, inspirar virtudes y recordarnos que compartimos las mismas emociones.
El privilegio de transformar con el arte
El arte nos une, nos confronta y nos invita a imaginar futuros posibles. Como señaló Diego Luna junto a Diego del Río, ese es quizá el mayor privilegio: transformar la realidad a través de la emoción.
El cine y el teatro en México son mucho más que espectáculos; son herramientas vivas de transformación social, cultural y económica. Y en Querétaro, con espacios como el Hay Festival, este compromiso se fortalece como parte de una visión de futuro.
