Mucho ruido en encuestas, pocos resultados reales
De Noroña a regidores de Querétaro: Santiago Arroyo expone cómo los medios inflan charcos políticos disfrazados de océanos en México.

De charcos, lluvias y la tragicomedia política en México y Querétaro
Política y charcos en México
Llueve en México, y no solo agua. Llueve lodo, charcos pestilentes y, lo más dañino, políticos que los medios de comunicación insisten en vender como imprescindibles. Como si el país necesitara más bufones en lugar de drenajes, la conversación pública se inunda con personajes que representan menos que un paraguas roto en plena tormenta.
Gerardo Fernández Noroña: del grito al trending topic
Gerardo Fernández Noroña, eterno gritón del Congreso, confunde el insulto con la elocuencia y el manotazo con la política. Un hombre que en cualquier país serio sería apenas un meme de WhatsApp, pero que en México ocupa horas de radio, televisión y páginas de periódicos.
Lo llamativo es que en las encuestas apenas roza el 2–3% de apoyo ciudadano, y aun así los opinadores profesionales lo tratan como si fuera el último salvavidas de la democracia.
Su más reciente “hazaña” fue pelearse en el Congreso con Alejandro “Alito” Moreno, el priista que finge ser opositor mientras negocia lo que más le conviene. El duelo entre ambos no fue un debate, sino un espectáculo de carpa: gritos, acusaciones y cero contenido. Resultado: trending topics fugaces y la confirmación de que la política mexicana se parece más a la lucha libre… salvo porque la lucha libre tiene reglas.
Querétaro: regidores y la tragicomedia local
A nivel local, Querétaro ofrece su propia versión de la tragicomedia. El regidor Fernando Flores (AVSE) aparece en notas y entrevistas como si fuera una “voz crítica” indispensable. En realidad, su poder político equivale al de una cubeta bajo la lluvia: hace ruido con la primera gota, pero no resuelve nada.
Los datos son claros: los regidores minoritarios en el Cabildo representan menos del 5% del voto real, pero los medios lo inflan como si de su micrófono dependiera el rumbo del municipio.
Activismo a la carta: protestas como ventanilla
Si alguien buscara voces críticas constructivas al gobierno municipal o estatal, terminaría empapado por la decepción. Lo que sobran son “activistas” cuya verdadera vocación es mendigar recursos públicos: becas, contratos, partidas especiales.
Disfrazan de protesta lo que en realidad es una fila en ventanilla. Lejos de aportar diagnósticos o soluciones, estos personajes orbitan el poder como satélites hambrientos, esperando su tajada. Y los medios, ansiosos de llenar espacios, les entregan micrófonos como si fueran líderes sociales, cuando apenas son gestores de su propio bolsillo.
Números que no mienten
- Noroña: 2–3% de apoyo en encuestas presidenciales.
- Regidores minoritarios en Querétaro: menos del 5% de respaldo real.
Y aun así, gracias al altavoz mediático, se nos intenta convencer de que son indispensables.
La verdad es otra: estos personajes viven del erario como parásitos de lujo. No construyen nada, no siembran nada, pero sí cobran puntualmente cada quincena.
Charcos políticos disfrazados de océanos
La metáfora es inevitable: México y Querétaro no están hundidos por las lluvias, sino por los charcos políticos que los medios nos venden como océanos.
Mientras sigamos confundiendo a payasos chapoteando en lodo con estadistas indispensables, el hedor de la política seguirá siendo el mismo que sale de una alcantarilla colapsada después de la tormenta.
